Los valencianos esta semana nos dividimos en dos, los que les gustan las fallas y los que no. A los que les gustan esperan esta semana como agua de mayo, piden vacaciones en el trabajo y se dedican a disfrutar de estos días como si no hubiera un mañana… El ambiente fallero permite desde el amanecer hasta la madrugada vivir la fiesta en los casales y por las calles sin parar. Música, color y cohetes que ellos adoran pero que a otros molesta hasta el infinito.
Hasta el punto de que todo lo que tiene que ver con las fallas les produce como urticaria. Huyen despavoridos del centro de las ciudades a la montaña, a la playa, a terminar la temporada de esquí… Solo tienes que irte a Sierra Nevada para ver a tus vecinos de barrio…
Las fallas son cíclicas, cuando eres pequeño te apuntan, porque tu madre o tu padre quiere que te vistas de fallera, para poder hacerte fotos que recordarás toda tu vida. Primero ellos rememoran que un día también se vistieron y segundo, las fotos decorarán el salón de su casa… miles de casas valencianas tienen fotos de falleros en el salón, podríamos hacer un estadística al respecto pero no hace falta, el porcentaje debe ser altísimo.
Cuando te vas haciendo mayor, decides si quieres salir o no, principalmente por el gasto que supone hacerte un traje nuevo. Si en tu familia son falleros seguirás saliendo pero si no lo son, se acabó tu vida fallera. Luego llega la adolescencia y el momento en que salir de fallero te parece una chorrada, mejor estar con tus amigos no?? Tener vacaciones y poder estar por la calle, es lo mejor que puedes hacer esos días, sin obligaciones y sin horarios, porque total estas bajo de casa, ya que hay fallas por todas partes y seguro que te vale como excusa, mamá estoy ahí al lado, en la falla, de ahí no me muevo, pero no siempre es verdad, mola más explorar otros ambientes, y son los días propicios, todo vale…
Sin embargo, llega un momento en que vuelve a ti la decisión de pertenecer de nuevo a la falla, es recurrente a lo largo de los años, según tus amigos, o si tienes hijos, vuelves nuevamente al ambiente. Y te conviertes en tu madre o tu padre queriendo hacer la foto de tu hijo… o participando tan activamente hasta el punto que te quedas sin dormir ensayando para el teatro o jugando al “truc”…
Mi experiencia en la falla duró unos años, los que me duró el traje de fallera… Ahora mismo solo me vestiría para la Ofrenda, y no lo hago porque siempre me acuerdo tarde ya que mis amigas me dejarían el traje. Pese a que no me gustan demasiado las fallas, el ambiente si te dejas llevar un poco, te contagia… veremos si me acuerdo con tiempo el año que viene!!
De momento este fin de semana soy de los que huyen, igual la semana que viene me dejo atrapar un poco…
Hasta el martes!!
Besos!
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